Las leyes vigentes permiten comprar una empresa en concurso de acreedores en cualquiera de sus fases. Aunque en la práctica estas transacciones son más factibles en la etapa de liquidación, no es el único momento en que se pueden realizar.
La compra de empresas concursadas tiene sus ventajas y sus riesgos, por lo que es fundamental un análisis y asesoramiento profesional.
Durante la fase común de un concurso de acreedores se producen estas acciones o etapas:
Aunque no es lo más frecuente, es posible adquirir una empresa en esta etapa del proceso. De hecho, se puede adquirir la propia empresa o simplemente una Unidad Económica o unidad productiva, perteneciente a la empresa concursada, en beneficio de la masa activa
Una de las ventajas de esta operación es que resulta una herramienta útil para la continuidad de la empresa y los puestos de trabajo.
Comprar una empresa en concurso de acreedores tiene la ventaja de ser más económica para el comprador. Sin embargo, es fundamental conocer el estado del inmueble en el Registro de la Propiedad, sobre todo para evitar problemas futuros.
Una opción interesante es la realización de un convenio con los acreedores. En la negociación, parte o la totalidad de la deuda se cancela con la adquisición de una unidad productiva o la empresa.
Se conoce como convenio de asunción la alternativa de comprar una empresa en concurso de acreedores en fase de convenio. El requisito básico es que el que adquiere asuma los compromisos acordados con acreedores. Así, el adquirente tiene la obligación de continuar con la actividad empresarial y atender a los pagos en plazo y forma establecidos en convenio.
Esta operación requiere, al igual que en la fase anterior, la verificación del estado del inmueble en el Registro de la Propiedad. La Ley Hipotecaria, art. 203, establece las reglas para la tramitación de fincas no inscritas.
Al estar ya firmado el convenio, es posible que retomen el control los administradores de la Sociedad, en caso de incumplimiento del convenio se pasaría a la fase de liquidación:
Es la más frecuentes de las transacciones con empresas concursadas. Ya no se necesita de la aceptación de acreedores, sino que se basa la operación en lo dispuesto por la justicia. Según la norma, la forma más habitual de liquidación es la subasta.
Para una mayor organización del procedimiento y, a la vez, para salvaguardar los intereses del concurso, el Juzgado de lo Mercantil identifica las siguientes fases consecutivas. Hay que aclarar que se produce de forma muy similar entre las propuestas de jueces y secretarios mercantiles de las diferentes zonas de España.
Comprar una empresa en concurso de acreedores es una gran oportunidad para inversores, por varios factores:
Sin embargo, la compra de una empresa concursada también supone la asunción de riesgos. El comprador tendrá que asumir deudas y obligaciones. Además, adquirirá una empresa o parte de una empresa que ha caído recientemente en situación de quiebra.
Por ello es recomendable contar con el asesoramiento de abogados de Ley Segunda Oportunidad y Derecho Concursal. Si necesitas asistencia jurídica, desde Debify podemos poner a tu disposición a nuestro equipo de letrados para valorar la compraventa de una empresa en concurso de acreedores o de sus unidades productivas. Rellena el formulario y nos pondremos en contacto contigo de inmediato.
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